El lifting facial no invasivo que tu piel necesita

La potencia y eficacia del tratamiento HIFU hacen que, en la mayoría de los casos, una única sesión al año es suficiente para lograr resultados notables y duraderos. A diferencia de otras tecnologías, el HIFU actúa en las capas más profundas de la piel, desencadenando un intenso proceso de regeneración de colágeno que evoluciona con el tiempo. Solo en casos de flacidez muy acentuada o en pieles más maduras, podría recomendarse una segunda sesión.

El tratamiento HIFU ofrece resultados en dos fases. Después de la sesión, se puede notar un ligero "efecto flash" o una sensación de mayor firmeza, pero los resultados más significativos y visibles se desarrollan a medida que el cuerpo genera nuevo colágeno. Los cambios se empiezan a apreciar de forma más evidente a partir del primer o segundo mes, alcanzando su punto óptimo y definitivo entre el tercer y el sexto mes, que es cuando la piel ha completado su ciclo de regeneración interna y se muestra visiblemente más tensa, elevada y rejuvenecida.

Este tratamiento es totalmente seguro, pero existen ciertas contraindicaciones, como el embarazo o la lactancia, la presencia de heridas abiertas, lesiones activas o implantes metálicos (excluyendo los dentales) en el área a tratar, así como ciertas condiciones médicas específicas. Por ello, es importante hacer un estudio previo para conocer las características de cada paciente.